Niños con madres que practican la empatía podrían llegar a ser más generosos con los demás

La maternidad es un gran reto, pero los resultados a futuro muchas veces merecen todo el sacrificio. Como ejemplo, tenemos los resultados de un nuevo estudio, que sugieren que los niños con madres que practican la empatía suelen tener un comportamiento más orientado a la generosidad.

El artículo publicado en la revista Frontiers in Psychology: Emotion Science dejan evidencia de la importancia de demostrar amor, compasión y empatía en la crianza de los hijos. Esto no solo podría contribuir a una familia más unida y feliz, sino también a la formación de individuos capaces de ejercer valores dentro de la sociedad.

Un experimento para ganar fichas

Los investigadores examinaron a 74 niños de 4 años de edad y a sus madres a través de una serie de ejercicios en el laboratorio. Conectaron a los niños a un monitor para registrar su frecuencia cardíaca y luego les dijeron que participarían en juegos en los que ganaría fichas que podrían canjear por un premio. Entonces pusieron las fichas en una caja y procedieron con las actividades, de modo que cada niño ganara 20 fichas.

Luego, los investigadores les dijeron a los niños que podían regalar parte de sus fichas, o todas ellas, a otros niños que por diferentes razones no podían ir y participar en la actividad. Una de las razones que les informaron es que los otros niños estaban enfermos, mientras que a otros les dijeron que era porque estaban pasando por dificultades.

Los investigadores también entrevistaron a las madres de los niños que participaron en la actividad para conocer su modo de crianza. Las preguntas estaban enfocadas en determinar si ejercían el amor compasivo hacia sus hijos, así como su nivel de empatía.

Algunas de las frases entre las que tuvieron que escoger las mujeres encuestadas fueron: “prefiero participar en acciones que ayuden a mi hijo que en acciones que me ayudarían a mí”; “aquellos con quienes me encuentro a través de mi trabajo y mi vida pública pueden asumir que estaré allí si me necesitan”; “preferiría sufrir yo mismo que ver sufrir a alguien más (un extraño)”.

Niños más generosos habían obtenido ejemplos de empatía de sus madre

Dos años después, los invitaron nuevamente, contando en esta nueva oportunidad con 54 parejas de madre e hijo. El objetivo era examinar una vez más el comportamiento y las reacciones y compararlos ahora que los niños tenían 6 años.

Los investigadores notaron que los niños tenían más disposición a regalar sus fichas a otros niños (ficticios) que las necesitaban bajo dos condiciones. Entre ellas, haber experimentado una maternidad positiva con un ejemplo de bondad.

“En ambas edades, los niños con una mejor regulación fisiológica y con madres que expresaron un amor compasivo más fuerte probablemente donarían más de sus ganancias”, dice Paul Hastings, profesor de psicología en la Universidad de California, Davis, que participó en el estudio.

En pocas palabras, los niños que habían experimentado el amor compasivo y la empatía de parte de sus madres parecían más dispuestos a tener actos generosos para con otros, incluso sin conocerlos.

Los investigadores creen que el punto en que se conectan estos rasgos está en la forma de crianza que recibieron los niños más generosos de parte de sus madres. La compasión maternal pudo haber creado lazos tan estrechos entre las madres y los niños que terminaron funcionando como un factor de motivación para seguir el ejemplo de su infancia y ser más generosos.

“Las madres compasivas probablemente desarrollan relaciones emocionalmente cercanas con sus hijos al mismo tiempo que brindan un ejemplo temprano de orientación prosocial hacia las necesidades de los demás”.

Niños generosos también obtuvieron beneficios al dar

Los investigadores también notaron que los niños generosos también obtenían beneficios al dar a otros siguiendo el ejemplo de empatía de parte de sus madres. Tanto a los 4 como a los 6 años de edad, los registros cardíacos revelaron que los niños que donaron más fichas estaban más tranquilos después de la actividad de donación que los que donaron pocas o ninguna.

Esto deja evidencia temprana de que “los comportamientos prosociales pueden ser intrínsecamente efectivos para calmar la propia excitación”. Así que practicar la compasión y la empatía con los niños no hará a las madres más vulnerables a sus caprichos, sino que creará individuos más generosos y más tranquilos.

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