
- 11 de diciembre de 2018
- Comments: 0
- Posted by: Dra. Mónica Astudillo
Si vas a ser mamá o acabas de estrenarte como mami, una de las infinitas decisiones que tienes que tomar, es si vas a practicar la lactancia materna. Es decir: dar o no el pecho a tu bebé. En esto de la crianza, como en todo lo demás, yo soy poco amiga de los extremismos y entiendo que cada bebé, mamá y familia es un mundo. Lo que quiere decir es que lo que a una mamá o bebé le viene bien, a otros puede que no.
Conozco varios ejemplos de mamás que no han querido dar el pecho, mientras otras lo han dado hasta que su bebé ha cumplido los 2 años de edad… o más. Las que deciden no darlo, lo hacen basándose en diferentes motivos personales y quieren tanto a sus bebés como aquellas que lo damos. El vínculo entre madre e hijo en este sentido, está más que asegurado decidas darle el pecho o no, porque eres su madre y él/ella es tu hijo/a.
La lactancia materna es una de las cosas en las que insisten pediatras, matronas y expertos niños en general por ser la alimentación más recomendable para los bebés (la OMS recomienda la lactancia materna exclusiva para los bebés de 0 a 6 meses). Y es cierto que al dar el pecho no sólo le transmites los alimentos necesarios para su desarrollo, sino también hormonas y anticuerpos. No hay ninguna otra fórmula alternativa que proteja mejor e inmunice a tu bebé. Y además, el contacto piel con piel y el tiempo que pasáis juntos, fortalece el vínculo entre madre e hijo. Todo ello son claras ventajas frente a la leche de fórmula, como también lo son lo barato que resulta (coste cero, no hay nada más barato) y lo práctico que es (porque evidentemente siempre llevas lo necesario encima y te olvidas de comprar, esterilizar, preparar y transportar biberones y latas). Y también es bueno para ti, porque ayuda a la mamá a recuperarte más rápidamente, a bajar peso con más facilidad y a prevenir el cáncer de útero.Para mí, hay otra clara ventaja que nunca se dice pero que es tan importante como las anteriores: el pecho es lo que mejor y más rápidamente les sosiega. El recién nacido acaba de llegar al mundo después de pasar 9 meses protegido y arropado en el interior de su mamá y todo es nuevo para él. Lo único que le es familiar y que reconoce nada más nacer, es a ti. En todo ello hay también un fuerte componente emocional y psicológico. Dar pecho, al fin y al cabo, es dar vida.
Como contrapartida, está el hecho de lo mucho que esclaviza. Los biberones preparados sacian mucho más que la leche materna (que es un 88% agua y se digiere por completo a los 90 minutos como mucho), por lo que el bebé necesita mucha más tomas y más a menudo y claro, no puedes irte nunca demasiado lejos porque no le puedes encargar a nadie que le de un bibi. Además, la lactancia materna es a demanda. Y a demanda quiere decir a demanda, así que por mucho que te digan que los bebés aguantan hasta 2 horas sin mamar, más te vale tirar el reloj a la basura porque prácticamente no vas a hacer otra cosa que dar el pecho todo el día hasta que haya pasado por lo menos la cuarentena. Puede pedirte cada 2 horas, cada hora, cada media hora o cada vez que le apetezca. Da igual lo mucho que disfrutes dando el pecho a tu peque, a veces echarás de menos tener algo de espacio personal. Es lógico, normal y natural. No te culpabilices por ello.
Dar el pecho es una decisión muy personal. Si decides hacerlo no dejes que nadie te desaliente, pero los extremismos tampoco son buenos. No todos los niños tienen porqué tomar el pecho por mucho que Unicef y la OMS se empeñen en ello. Millones de niños de todo el mundo se han criado perfectamente con leche artificial.Apoyo firmemente el respeto y la tolerancia. Todas las mamás del mundo quieren lo mejor para sus bebés.
Al principio, las tomas serán muy cortas y muy seguidas porque los recién nacidos tienen que hacer un gran esfuerzo para mamar y se cansan en seguida, por lo que suelen tener hambre también antes. Nunca dudes de que tu leche es buena o suficiente. Si tu bebé va cogiendo peso adecuadamente semana tras semana, es que lo es. No te preocupes innecesariamente. Y cierra los oídos a los comentarios negativos. Si das el pecho a tu bebé, en seguida te darás cuenta de que lo de las 2 horas es una quimera. Dar el pecho no es una condena, pero vas a tener que mentalizarte de que vas a tener que adaptarte a su ritmo y de que lleva su tiempo. Te quitará muchísimo tiempo para ti misma y para hacer otras cosas. Eso sí, no te desesperes porque pasada la cuarentena el bebé comienza a regularse y sus tomas son más prolongadas y espaciadas entre sí, así que hasta entonces lo mejor es disfrutar de esos ratos entre madre e hijo y pensar que le estás dando lo mejor de ti misma regalándole algo que nadie más que tú puede hacer por él. No merece la pena tener dudas ni antes ni durante, porque todo es mucho más intuitivo de lo que podemos pensar al principio. Puede que tú no sepas muy bien lo que estás haciendo, pero lo llevas en el ADN. Tanto si al principio te cuesta que el bebé te coja bien el pecho como si no, si te propones hacerlo lo vas a hacer bien, seguro, porque dar el pecho es lo más instintivo y natural que existe.